Comer en la Oficina
Comer en la oficina es algo que, más allá de lo habitual, puede resultar hasta necesario para mucha gente. Muchos trabajadores por cuenta ajena requieren de un tiempo considerable para desplazarse desde su domicilio hasta su lugar de trabajo y, en gran parte de los casos, las pausas que hay durante las jornadas partidas es insuficiente para cubrir esos trayectos y disfrutar de la comida en casa.
Esto, que en los últimos años se está convirtiendo en el pan de cada día para muchos trabajadores, no era así tan solo unas décadas atrás. Y, ante las nuevas situaciones, tanto empresas como empleados han tenido que adaptarse.
¿Cómo se han adaptado las empresas para que sus empleados coman en la oficina?
Las tendencias en lo que respecta a las sedes de las empresas ha ido cambiando en los últimos años. Ya hemos explicado en anteriores ocasiones cómo muchas empresas han decidido trasladar sus dependencias a barrios periféricos o, incluso, otras poblaciones alejadas del centro urbano. Esto se ha debido, sobre todo, a la necesidad de obtener un mayor espacio sin tener que excederse en los costes. Y entre las causas que han influido en las necesidades habitacionales se encuentra, por supuesto, la de habilitar espacios para que los empleados puedan comer en la oficina.
Al igual que se han racionalizado los espacios en busca de un mayor aprovechamiento de la superficie, se han ido creando nuevos habitáculos para ajustarse a los tiempos que corren. De hecho, la tendencia que marcan las empresas punteras a nivel mundial es la de ofrecer cada vez mayores facilidades en las oficinas, con el fin de que los empleados se sientan más como en su casa y menos como en el trabajo.
Por supuesto, entre estos habitáculos pensados para los trabajadores, se encuentran las cocinas y comedores. No todas las empresas disponen de ambas, pero cada vez es más normal dedicar un porcentaje a este fin. Y, de un modo práctico, las cocinas no están pensadas para la preparación de los alimentos en su sentido doméstico, sino para su almacenaje y calentamiento, gracias a los electrodomésticos que se ponen a disposición de los empleados, normalmente frigoríficos y microondas. Éstos facilitan enormemente las comidas a aquellos que la llevan desde casa, normalmente en tuppers y termos.
En el caso de los comedores, son salas aisladas de la zona de trabajo, en las que la empresa dispone de espacios con mesas y sillas para que los empleados puedan sentarse a comer. Pero también es habitual que, sobre todo en los comedores, se puedan ubicar máquinas expendedoras, en las que se venden alimentos ya preparados y bebidas frías y calientes. Éstas, lógicamente, están destinadas a aquellos empleados que no llevan la comida desde casa o para aquellos que desean hacer una pausa en su trabajo y tomar un piscolabis.
¿Se puede comer sano en la oficina?
Ésta es una de las preguntas principales que se plantean muchas personas ante la creciente tendencia de comer en la oficina. Para mucha gente son suficientemente graves las preocupaciones sobre la sedentarización y los problemas psicológicos y sociales ocasionados por las largas jornadas de trabajo. Pero si a esto se le añade una alimentación más descuidada, que motive problemas nutricionales o de salud, la cosa se pone más seria.
Las personas que antes no podían comer en casa, solían hacerlo en algún bar o restaurante, ya que las jornadas partidas tenían un parón más largo y las oficinas no estaban habilitadas para ello. Esto, aunque parezca poca cosa, suponía un pequeño desplazamiento físico y, sobre todo, una buena desconexión mental, ya que se salía del ambiente del trabajo y se disfrutaba de un entorno externo y diferente. Además, al no tener que dedicarle tiempo a la compra preparación de la comida, la variedad de los alimentos era mayor, y esto no perjudicaba tanto los hábitos nutricionales.
No se puede negar que, a la hora de comer de tupper, se tiende a una dieta mucho más limitada, y ésta acaba cansando y afectando al estado físico y mental del trabajador. De ahí la necesidad de fomentar una comida más sana y facilitar a los empleados que lo puedan conseguir si comen en la oficina.
¿Qué comer en la oficina?
También hay gente que empobrece su dieta porque, directamente, no sabe qué comer en la oficina y acaba cediendo a las opciones más cómodas y fáciles. Éstas no dejan de ser comidas de preparación rápida y con pocos aportes nutricionales o, directamente, comida precocinada o comida rápida.
La falta de tiempo para hacer la compra y cocinar afecta gravemente a este tipo de trabajadores y, en muchos casos, las consecuencias pueden provocar graves problemas de salud.
Ante esta situación, también han surgido otras empresas que intentan dar una solución. Hoy en día, sobre todo en las grandes capitales, hay muchas opciones de empresas especializadas en servir comida a oficinas. A diferencia de las alternativas clásicas de reparto de comida a domicilio, que normalmente sirven comida rápida, estas empresas confeccionan menús variados, con distintas opciones para todos los gustos y necesidades.
No son la alternativa más barata (ni tampoco la más cara), pero sí que pueden ser una solución para aquellas personas que se ven obligadas a comer en la oficina y no tienen tiempo o capacidad de preparar la comida en casa. Además, permiten disfrutar de una dieta un poco más variada y nutritiva. No será como la comida casera, pero seguro que tampoco es como un plato precocinado y calentado en el microondas.
De todas maneras, como decimos, las cosas van cambiando y evolucionando, por lo que estamos seguros de que, dentro de tan solo unos pocos años, comer en la oficina será algo muy distinto a lo que vemos ahora mismo.
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