Volver a la oficina de vacaciones sin deprimirse
Las vacaciones de verano suelen ser el periodo más amplio fuera de la oficina o, en términos generales, alejados de las cuestiones laborales. Las últimas semanas antes de hacer una escapada y, sobre todo, los últimos días, se viven con ilusión, esperanza y hasta ansiedad, deseando huir de lo que supone la rutina, los espacios cerrados y, también, los ámbitos urbanos, en busca de un entorno más relajado y saludable. Pero, como es de suponer, terminar las vacaciones y volver a la oficina también suponen un cambio de ánimo, muchas veces difícil de sobrellevar. El retorno a los madrugones, a las reuniones, a los compromisos, a las horas delante del ordenador, etc. se suelen ver con un poco de angustia y con temor por no saber adaptarse después de unas semanas de pleno disfrute. Como esto es algo a lo que todos nos tenemos que enfrentar y superar, es mejor no dejarse vencer por la tristeza y afrontar la vuelta a nuestras queridas oficinas de la mejor manera posible. Para ello, vamos a tratar de proponer una serie de ideas, consejos y prácticas que le resultarán muy útiles a la hora de volver al trabajo, para que el ánimo sea lo más positivo posible y, por supuesto, para que la productividad sea mucho mayor que en los meses previos, si cabe:
· Un retorno progresivo:
La adaptación a los cambios en las rutinas diarias puede ser costosa y, si se ha disfrutado de un periodo vacacional alejado del lugar donde se reside y se trabaja habitualmente, puede resultar especialmente duro. Por esta razón, en muchas ocasiones se recomienda adelantar la vuelta unos días, no al entorno laboral estrictamente, pero sí al hogar habitual, con el fin de ir aclimatándose poco a poco y que el choque no sea demasiado brusco.
· Ver el lado positivo de volver a la oficina:
Mucha gente se centra en pensar que la situación es mala y triste por tener que volver al trabajo. Esto no es que sea algo incierto, pero es mejor tratar de ver el lado más positivo de las cosas y pensar que se ha tenido la suerte y la posibilidad de haber disfrutado de unos días o semanas agradables, en compañía de familia, de amigos o en solitario. Y es que no todo el mundo tiene la posibilidad de irse de vacaciones y desconectar del trabajo.
· Reorganizar el espacio de trabajo:
Seguramente no será posible cambiar de lugar de trabajo, ya que una mudanza de oficinas, o incluso un cambio a otro habitáculo adyacente, no es lo más sencillo y requiere de una planificación previa. Pero volver a la oficina e incluir algún cambio en la mesa, en la decoración o en algún elemento circundante puede ayudar mucho a percibir la vuelta como algomás llevadero, y no como a ese espacio idéntico del que se estaba huyendo solo unas semanas antes. Aunque sea un pequeño detalle, como una planta, cambiar el fondo de escritorio del ordenador, la alfombrilla del ratón, o un cuadro de la pared, todo puede influir positivamente en la visión de la nueva temporada.
· Nuevos hábitos en la nueva temporada:
La vuelta al trabajo después de las vacaciones, normalmente en septiembre, es el momento idóneo para renovarse y tratar de mejorar algunas de las cosas que consideremos menos fructíferas de nuestras rutinas habituales. Pueden ser desde pequeños detalles, como estrenar una agenda nueva, a otros un poco más importantes, como madrugar más y salir a correr pronto por la mañana. Esto último también puede ser un ejemplo válido para unos cambios de hábitos vitales hacia algo más saludable, que siempre se pueden mejorar y que también ayudan a la hora de enfocar y afrontar una nueva temporada en la oficina.
· Establecer prioridades y objetivos:
El retorno laboral puede suponer encontrarse con muchas tareas pendientes, o con muchos proyectos que están deseando comenzar, y esto también puede suponer un enorme agobio. Volver al trabajo pensando en que la cantidad de deberes y obligaciones va a ser muy grande no ayuda en nada, pero lo que se puede hacer es marcar una lista de tareas pendientes según su importancia y prioridad. De este modo, se consigue suavizar el encontronazo y, también, se obtiene una mayor productividad, al organizar de una manera clara y eficiente el trabajo que se encuentra por hacer.
· Buscar el apoyo de los compañeros:
Aunque no parezca un consejo eficaz a priori, sí lo es. Y mucho. Porque casi todos esos compañeros se encuentran en la misma situación y porque todos han pasado por ello en algún momento. La solidaridad y el compañerismo ayudan a que el ambiente laboral sea mejor y el optimismo reine en la oficina, lo cual redunda en beneficio de todos, sobre todo de la empresa y sus resultados.
· Marcar tiempos de ocio y descanso:
Cuando se tiene una rutina laboral demasiado expansiva, que copa más horas de las que debería y que no permite descansar y recuperar fuerzas, las posibilidades de que el retorno a la oficina sea deprimente son mucho mayores. Además de con una mayor organización, si nos marcamos unos horarios estrictos de dedicación a uno mismo o, directamente, con algo que no tenga nada que ver en el trabajo, el estrés disminuirá y el rendimiento aumentará. Por supuesto, cuando se puede disfrutar de momentos de ocio y relax durante los meses de otoño e invierno, también disminuyen esos deseos de volver a estar de vacaciones, ya que todo se lleva con mucha mayor tranquilidad y alegría.
Con estos pequeños consejos que se pueden poner en práctica fácilmente, y sin necesidad de que se apliquen todos a la vez, la vuelta a la oficina tras las vacaciones resultará mucho más llevadera. No hay que olvidar que el optimismo y el buen estado de ánimo es fundamental, tanto en la vida personal como en la laboral, y esto es algo a lo que todos aspiramos, incluso aquellos desafortunados que no pueden disfrutar de muchas vacaciones alejados de la oficina.