Oficinas y Horario de Verano. ¿Es Positivo?
Uno de los temas que más preocupa a trabajadores y empresarios es el de la conciliación. Es cierto que, sobre todo en ciudades grandes, donde los tiempos que se dedican al transporte son muy grandes, cuando los horarios no son los más adecuados, apenas queda tiempo para dedicar a la familia o a asuntos personales. Esto no es tan acusado en poblaciones con distancias más asequibles, pero, igualmente, los horarios de trabajo, sobre todo de oficina, tradicionales en España no son los que ponen las cosas más fáciles en términos de conciliación.
La costumbre de la jornada partida y de este tipo de horarios laborales tan amplios en España tiene su razón por varios motivos, algunos de ellos bastante antiguos. Pero más allá de analizar las causas y las posibles soluciones –como un cambio horario más ajustado con la luz del sol–, que tanto debate ocasionan en tiempos actuales, lo que queremos aquí es profundizar sobre una de las medidas que se llevan poniendo en práctica de unos años a esta parte: el horario de oficina intensivo en verano.
Ésta es una costumbre que cada vez más empresas adoptan cuando llegan los meses veraniegos. Es más habitual, de nuevo, en las grandes ciudades y en las oficinas de grandes empresas, aunque también es cierto que éstas pueden tener más facilidad o capacidad para aplicarlo entre sus trabajadores. Son muchas las personas que celebran su llegada, habitualmente en los meses de junio y julio, aunque, para ser justos, no todo son ventajas.
Para obtener una visión más completa de lo que supone implementarlo, vamos a analizar aquí los pros y las contras del horario intensivo de verano. De este modo, se podrá obtener una valoración más amplia sobre la conveniencia o no, y de los beneficios que puede ocasionar según los casos concretos de cada uno.
Ventajas del horario intensivo de verano en la oficina
No se puede decir que los beneficios de la jornada intensiva de verano sean pocos. Entre los más destacados, podemos nombrar los siguientes:
- Aumento de la productividad: los empleados que trabajan en horario intensivo son más productivos, y así se demuestra cuando las jornadas se reducen en horario de verano. De hecho, ya hay empresas que han implantado este tipo de jornadas durante todo el año, con resultados muy positivos.
- Más tiempo libre: Ésta es una de las mayores ventajas para los trabajadores. Al poder finalizar la jornada antes, se dispone de una mayor cantidad de tiempo libre para poder dedicar a otras actividades, ya sean familiares, sociales, culturales, formativas o deportivas fuera del centro de trabajo.
- Reducción del estrés: El poder disponer de, al menos, unas semanas al año en las que la carga laboral se reduce en términos temporales ayuda a los trabajadores a reducir su estrés y poder llevar un estilo de vida más relajado. Del mismo modo, también aumenta el tiempo de descanso y, entre todo, se ven disminuidas las situaciones de baja laboral, con el consiguiente beneficio para la empresa. El trabajo sedentario en la oficina no ayuda a desestresar.
- Fomenta la planificación: El hecho de contar con menos horas al día, aunque los objetivos sean los mismos, favorece que se planifique y organice el trabajo de un modo mucho más efectivo, lo cual redunda no solo en la productividad, sino también en la satisfacción de trabajadores y empleadores.
- Estimula la identificación con la empresa: Los trabajadores siempre ven con buenos ojos la llegada del horario de verano y el hecho de que se plasme esta concesión por parte de la empresa demuestra que ésta también tiene en cuenta las peticiones y necesidades de sus empleados. Como consecuencia, los trabajadores agradecen y acrecientan su vínculo con el proyecto laboral.
Inconvenientes del horario laboral de verano
A pesar de las evidentes ventajas que puede tener la implantación de una jornada intensiva de verano, también hay que tener en cuenta los puntos menos favorables de esta situación.
- Menor tiempo en la oficina para la misma carga de trabajo: Aunque entre las ventajas se encuentran el aumento de la productividad y la mejora de la planificación laboral, hay que tener en cuenta que, en muchas ocasiones, no se pueden organizar de un modo mucho más eficaz las tareas, y la carga de trabajo se tiene que cumplir igualmente, pero en menos tiempo. En caso de que esto se alargue en el tiempo sin una reorganización efectiva, indefectiblemente conllevaría un aumento del estrés o una pérdida de productividad.
- Hora de entrada anticipada: Muchas de las ventajas se pueden vincular a beneficios para los trabajadores, aunque también es cierto que, con las desventajas, se puede decir lo mismo. Los horarios intensivos, por norma, suelen adelantar la hora de entrada al trabajo y esto suele suponer un adelanto también a la hora de comenzar el día. El mayor madrugón es algo que a muchas personas puede resultar incómodo o cansado, ya que no todos pueden adelantar también su final del día y respetar la cantidad de horas de sueño necesarias.
- No es para siempre: Esto último como aviso para navegantes, ya que los horarios intensivos, al menos de momento, no son para siempre. Y ésta es una de las grandes pegas, ya que después de dos o tres meses acostumbrados a disfrutar de un día más holgado en cuanto a horas libres y a poder estar más relajados, vuelve la rutina y, con ello, la desmotivación, la falta de energía y la escasez de tiempo.
Con todo esto, esperamos haber contribuido a dejar un poco más claros cuáles son los pros y los contras de implantar el horario intensivo de verano. Si cree que le puede venir bien al horario de oficina de su empresa y a sus trabajadores, no dude en probarlo. Estos meses de verano son la época del año perfecta para hacerlo y tal vez le sirva para descubrir una buena manera de conseguir lo que todos desean, que es un beneficio común y completo, tanto para empresa como para trabajadores. Como ya hemos comentado anteriormente, la tendencia de muchas grandes compañías está yendo en este sentido, por lo que puede que estemos ante lo que se va a imponer en el futuro.